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Que ver en Brera, Milán – Un barrio muy artístico

A pocos minutos de los monumentos más importantes de Milán se ubica un barrio lleno de historia y encanto. La zona de Brera acoge una amplia gama de cultura en sus reducidas dimensiones, desde arte a gastronomía o botánica. Si tenías dudas de qué ver o no en tu visita a Milán, Brera es sin duda completamente necesaria. ¿Quieres saber un poco más? Déjame que te cuente los lugares que no te puedes perder.

El barrio de Brera

Antes de nada, comencemos con una breve introducción sobre esta zona. Brera se sitúa ligeramente al norte del corazón de Milán, pero aun dentro de lo que se considera el casco histórico de la ciudad. Se puede llegar fácilmente caminando desde la Piazza del Duomo (o viceversa), habiéndose convertido en un barrio muy popular para alojarse. De hecho, es bastante fácil encontrar opciones en Booking.

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Su historia viene ligada a las artes; Brera creció alrededor de la Academia de Bellas Artes, atrayendo las miradas y el interés de grandes artistas de toda Europa. Esta sigue siendo el corazón del barrio y atrayendo a estudiantes internacionales, dándole a la zona una constante y renovada vida juvenil.

Es por ello que en sus calles es fácil encontrar múltiples restaurantes y cafeterías donde tomar algo, a la par que otras travesías están repletas de galerías y pequeños comercios antiguos. Si eres amante de las artes seguramente encuentres irresistibles muchos de sus escaparates.

Aunque Brera no tiene una gran superficie y seguramente, si quisieras, podrías recorrer todas y cada una de sus rincones sin mucho problema, hay algunos puntos imperdibles que ver. Te dejo a continuación un mapa para que puedas ubicarlos más fácilmente y pasemos a hablar sobre ellos. (Si quieres aprender a hacer tus propios mapas te dejo aquí un tutorial.)

Vía Brera

La arteria principal del barrio, y la que le da nombre, es la vía Brera. Es muy probable que, si llegas desde el centro, accedas a través de esta. Con unos 400 metros de longitud, atraviesa la zona de sur a norte y es el punto perfecto desde el que empezar a explorar.

A lo largo de la misma se ubican muchos pequeños comercios, destacando varias perfumerías, algunas galerías de arte e incluso algún que otro local de ropa vintage. Por supuesto, también hay tiendas de materiales artísticos (no iban a dejar a los estudiantes de artes sin ellos). Además de ir echando un vistazo a los escaparates, cuando pasees por la vía Brera no olvides también mirar arriba, ya que también acoge entre sus fachadas un par de palazzos.

Vía Madonnina y vía Fiori Chiari

Es probable que no haya mala apuesta a la hora de decidir qué calles de Brera explorar y cuáles dejarse sin ver. Sin embargo, para darte alguna recomendación más útil que «pasea todo lo que puedas», te voy a dejar otro par de calles que me encantaron. Se trata de la vía Madonnina, a la cual puedes llegar desde la propia vía Brera cruzando la calle que las conecta: la vía Fiori Chiari.

Ambas son calles de suelo adoquinado bastante coquetas. Fiori Chiari está repleta de comercios y de algunos restaurantes, por lo que tiene un ambiente más animado. Además, hay un rinconcito en el que todos los locales y balcones están repletos de vegetación (real y falsa), haciéndola adorable.

Por otro lado, la via Madonnina destaca más por el colorido de varios de sus edificios. Está menos concurrida (al menos en mi experiencia), lo que permite apreciar mejor el encanto de las fachadas en tonos cálidos con contraventanas azuladas. Al menos a mí es un contraste que me resultó precioso.

Vía Madonnina en el Barrio de Brera, Milán
El suelo empedrado es bonito…pero te destroza los pies como no tengas suela gruesa. Avisada quedas.

Iglesia de Santa María del Carmine

Si recorres por completo esa calle llegarás hasta la Piazza del Carmine. Además de contar con un par de terrazas permanentes donde tomar algo, es un lugar de lo más fotogénico gracias a la homónima Iglesia de Santa María del Carmine. Este templo data del siglo XIV, aunque su icónica fachada no se construyó hasta finales del siglo XIX. Esta es la parte más llamativa de la iglesia, así que no visitamos su interior. Frente a esta se sitúa una moderna estatua de un torso humano, conocida popularmente como «Petto a metá» (pecho a medias).

Piazza del Carmine Milán
Es un rincón pintoresco y tranquilo.

Palazzo di Brera y Pinacoteca

Se podría decir que el Palazzo di Brera existe desde antes que el propio barrio. Previo al palazzo como tal hubo una casa perteneciente a la cofradía de los «Umiliati», que posteriormente pasó a manos de la orden de los Jesuitas y que sufrió una gran reforma en el siglo XVII para dar lugar al hermoso palacio. En el siglo XVIII se realizó otra ampliación, diseñada por quien sería el primer decano de la Academia de Bellas Artes, Giuseppe Piermarini. La fundación de dicha academia fue ordenada por la Emperatriz María Teresa de Austria.

Con la finalidad de dar una mejor instrucción a los alumnos, la academia se hizo con todo tipo de elementos, comenzando con una colección de moldes neoclásicos. A principios del siglo XIX, con la adquisición del primer conjunto de pinturas italianas, se inauguró oficialmente la Pinacoteca de Brera. Esta biblioteca artística siguió creciendo y enriqueciéndose, convirtiéndose en un importantísimo enclave cultural.

En 1882, la Pinacoteca se separó institucionalmente de la Academia, perdiendo una parte de su funcionalidad didáctica (se retiraron de exposición obras «menos interesantes para el público general»). Actualmente es un museo de artes, principalmente de temática religiosa, visitable. La entrada es de 15€/persona.

Nosotros no teníamos especial interés en sus colecciones, por lo que no entramos a visitarlas. Por el contrario, el patio interior de entrada al edificio es de acceso libre y gratuito, y sí que merece la pena acercarse a verlo. Además… da paso al siguiente punto de interés.

Jardín botánico de Brera y Observatorio

Antes incluso de que se fundase la Academia de Bellas Artes, el Palazzo di Brera ya contaba con un Observatorio astronómico. A día de hoy se pueden hacer visitas guiadas a la cúpula, que forma parte del Museo Astronómico de Brera. En el propio museo en sí se puede disfrutar de una rica colección de instrumentos de medición y observación astronómica. Si tienes tiempo, puede ser una visita interesante.

Sin embargo, lo que no podíamos perdernos era el pequeño Jardín botánico a las espaldas del palacio. Desde su creación poco después de la del observatorio, este hermoso jardín-huerto ha servido para el estudio botánico aplicado a otras disciplinas como la medicina. Su tamaño hace que sea una visita rápida y, especialmente con los colores otoñales, merece la pena entrar para disfrutar de las vistas y el ambiente.

El acceso es siempre gratuito, aunque un poco intrincado. Para llegar al jardín es necesario pasar por la plaza de entrada de la Pinacoteca. Desde ella, tendrás que adentrarte por el pasillo que se abre al fondo de su esquina izquierda (mirando de frente). Recórrelo hasta el final, donde hace un giro a la derecha, y sigue por allí. A unos cuantos metros darás con una pequeña y vieja puerta abierta, con indicaciones de acceso al jardín a través de un corto camino de tierra.

Jardín botánico de Brera, Milán
La colección botánica es bonita y tiene unas preciosas vistas a la cúpula del Observatorio.

Otros lugares que ver cerca de Brera

La verdad es que Brera es un barrio muy chiquitito, siendo eso parte de su encanto. Es por ello que realmente no tardarás demasiado en ver sus puntos esenciales y que es perfecto para combinar con otras zonas de Milán. En función de cual sea la ruta que tengas para ese día, podrás compaginarlo con diferentes lugares. Yo a continuación te voy a comentar qué visitamos nosotros antes y después de Brera.

Si vienes desde el centro de la ciudad, un muy buen lugar desde el que partir hacia Brera es la Piazza della Scala, hogar del Teatro della Scala. Está a tan solo una calle de distancia de la Vía Brera y al tener bancos para sentarse es un buen punto de descanso antes de adentrarse en el barrio.

Una vez finalices tu ruta por Brera es posible que quieras ver otro de los imprescindibles de Milán: el Parco Sempione. Puedes llegar al comienzo de este parque andando poco menos de 5 minutos desde la Iglesia de Santa María. De hecho este espacio verde es probablemente más grande que el propio barrio de Brera, así que te llevará un tiempo similar visitarlo.

También puedes ir al norte, pasando por Corso Como y ya de paso visitar el barrio de Isola. A esta otra zona nosotros le dedicamos nuestra última mañana del viaje, pero puede ser también una gran combinación con Brera.

Espero que este artículo te haya sido de utilidad para descubrir un poquito más sobre qué ver en Brera. Si quieres ver más fotos y otros contenidos, no olvides pasarte por nuestras Redes Sociales.

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