
11 cosas de los baños japoneses que te sorprenderán
Resumen de contenidos de este artículo
Si hablamos de Japón nos viene a la cabeza ese contraste entre modernidad y tradición, entre las grandes urbes como Tokio y los pueblitos rústicos repletos de santuarios y templos. Y, muy probablemente, nos vienen a la mente también todo los que se dice sobre sus váteres futuristas. Porque sí, una de las cosas que te dejará con la boca abierta durante tu viaje son los baños japoneses, al menos en mi experiencia.
Y no sólo porque sus inodoros estén realmente bien diseñados, sino que hay muchos pequeños detalles que nos fueron llamando la atención a lo largo de nuestra estancia en Japón. En este artículo no voy a entrar en el tema de la cultura del baño, los ofuro y los onsen, porque (aunque efectivamente también son otro mundo aparte) dan para hablar de ellos extensamente.
Voy a centrarme exclusivamente en hablar sobre 11 cosas sobre los baños/aseos japoneses, tanto públicos como privados (hoteles, apartamentos, restaurantes,…) que me llamaron mucho la atención. Y si bien la mayoría de ellas son positivas y ojalá España tomase nota de ellas… hay también alguna que me hizo añorar el baño de mi casa.
PD: breve recordatorio de que estos datos se basan en mis experiencias y opiniones. Si te has topado con cosas muy diferentes, siempre eres bienvenida de contarlas en los comentarios.
Los famosos chorritos
Empezando por la novedad más obvia y conocida, es difícil hacerse una idea de cómo es el tema de los váteres con chorritos hasta que los pruebas. En general el funcionamiento básico es «sencillo», hay un botoncito que puedes pulsar después de hacer tus cositas (nº1 o nº2) que hará que el váter dispare un chorrito de agua hacia tus partes para limpiarlas más fácilmente.
Partiendo de esa base, lo cierto es que te puedes topar con inodoros con muchas variables de este sistema. Los hay con un chorrito sencillo y ya, los hay con dos opciones diferentes para la zona de adelante y la de atrás, con opciones para modificar la fuerza e incluso para cambiar la temperatura del agua. Vamos, que si no das con la combinación perfecta para ti es porque no quieres.
Por supuesto no el 100% de los váteres del país son así, hay baños más antiguos y sencillos con retretes básicos, pero sí que son muy muy comunes. En cuanto a si son mejores o no que uno sin chorritos… cada cual tiene su opinión, pero aun no he dado con nadie que los haya odiado rotundamente.
Inodoros tradicionales en baños públicos
Hablando de que no todos los retretes son así, prepárate también para todo lo contrario: los inodoros tradicionales. Sí, estos que son poco más que un agujerito en el suelo en el que hacer tus necesidades en cuclillas. En algunos baños públicos, especialmente en zonas más rurales y aseos de santuarios, nos topamos con este tipo de váteres, aunque nunca vimos que hubiera sólo exclusivamente de este tipo.
En general contaban con las 2 opciones, de suelo y de asiento, y en ocasiones si hay mucha fila para usar el aseo es posible que te toque usar uno de suelo o esperar más. No es que sean mejores o peores, para orinar rápidamente te valen igual de bien y suelen estar limpios. Ahora, no voy a mentir tampoco, como persona que se ha encontrado alguna vez en la situación de usar un baño de cuclillas con ropa menos cómoda y/o menstruando… prefiero uno de asiento, con o sin chorritos.
Extra de higiene en los baños japoneses
Si sentarte en un baño público es otra de tus preocupaciones y no te vale con que en general estén considerablemente limpios, te va a gustar esta otra sorpresa. En muchos de los aseos de centros comerciales las cabinas de los váteres cuentan con un líquido desinfectante para el asiento. La mayoría tienen las instrucciones dibujadas, pero es tan sencillo como coger papel higiénico, ponerle líquido desinfectante y limpiar la zona antes de sentarte.
Honestamente, no entiendo porque este añadido tan sencillo no está más extendido por el mundo. Lo único parecido que he visto son papeles para cubrir la zona de contacto (con la forma de la taza), lo cuales también encontramos en algunos baños japoneses. Pero en general, contar con desinfectante nos resultó mucho mejor.
Anti ruido y anti olores
Volviendo a las comodidades de los aseos japoneses más modernos, algunos de los mejores equipados cuentan con funciones para aumentar la privacidad. La primera de ellas, siendo la que al menos nosotros vimos menos frecuentemente, es la de poner música o «sonidos de la naturaleza» para enmascarar el ruido cuando vas al baño. Si eres una persona tímida a la que le cuesta ir a baños públicos por vergüenza cuando hay desconocidos, esto te puede resultar muy útil.
Pero sin duda alguna mi función favorita de los baños japoneses es el sistema anti-olores incorporado. Dependiendo del modelo es automático o tienes que pulsar un botón que lo active, pero en ambos casos es una opción salvavidas. En general lo que hace es absorber el olor en lugar de taparlo con un ambientador, aunque hay algunos que además de quitar el olor también perfuman.
Tanto en aseos públicos como en los minúsculos baños de muchos alojamientos, evitar que ciertos aromas no deseados se extiendan y hacer que desaparezcan rápidamente es para mí el top de la innovación «vateril» japonesa.
Calefacción automática
Por el contrario una función que no terminó de convencerme fue la del sistema de calefacción automática de algunos inodoros. Especialmente cuando me la topaba en un aseo público. La idea de que el asiento del váter esté calentito en lugar de congelado puede resultar atractiva en las épocas frías, pero a finales de verano no era tan placentero. Y si bien algunos tenían botón para encenderlo o apagarlo a gusto, como el los de algunos hoteles, en otros era el modo predeterminado.
Además, opinión totalmente subjetiva y personal, en las ocasiones en las que iba a un baño público y notaba el váter caliente, no me encantaba. Por mucho que supiese que era la calefacción del inodoro, no podía evitar tener la misma sensación que cuando te sientas en un sitio que ha calentado otra persona. Vamos, que me daba un poquito de repelús siendo un váter.
Papel higiénico terrible
Aunque si hubo una cosa que me sorprendió para mal dentro de todas las cosas que lo hicieron para bien fue el papel higiénico japonés. Entiendo que tienen ya su sistema de chorritos que te ayuda a higienizarte, pero… ¿por qué es el papel higiénico tan pero taaaaan fino? Monocapa es quedarse corta para describirlo.
Imagino que a nivel comprar tu propio papel higiénico en Japón habrá de todo, pero lo que es a nivel baños visitados durante nuestra estancia allí, la experiencia fue siempre la misma. Independientemente de que fuese un baño público o en los hoteles, incluso en los buenos, el papel dejaba que desear. No digo que sea una verdad universal, pero fue una situación recurrente durante todo el viaje.
Ausencia de escobillas en aseos japoneses
Otra notable diferencia con los baños españoles es que en los baños japoneses no hay escobillas para el váter. Lo cierto es que esto es algo que no me hubiera resultado extraño si su ausencia hubiera estado limitada a los baños públicos, pero es que tampoco las había en ninguno de los alojamientos en los que nos quedamos (y fueron 9 distintos).
Nos chocó mucho en contraste con todas las otras comodidades que ofrecer los váteres allí que no tuvieran nada para limpiar el inodoro por dentro después de hacer «un número 2». Porque por mucho que quieras a la persona con la que estés compartiendo habitación durante tu viaje… qué mínimo que no dejar regalitos en el wc.

Hay muchos aseos públicos
Lo que sí que hay es muchos pero muchos baños públicos, y lo más importante, gratuitos. Los puedes encontrar fácilmente en muchas atracciones turísticas, parques, mercados cubiertos, centros comerciales, estaciones,… Incluso en algunas paradas de metro no especialmente grandes había baños. No hubo ni una vez que necesitásemos uno y nos costase demasiado encontrarlo.
En general llevábamos algunos apuntados en nuestros mapas creados con MyMaps, pero cuando no era el caso simplemente buscábamos «toilet» o el centro comercial más cercano en Google Maps y listo. Los aseos de centros comerciales, estaciones y restaurantes suelen ser más completos, mientras que los que están en parques, santuarios y similares son más básicos pero cumplen su función.
Espacio para dejar tus pertenencias
Algo que me maravilló de los baños públicos en Japón es que en una gran mayoría disponían de algún área donde dejar tus pertenencias mientras usas el wc. En España con suerte hay algún tipo de percha en la puerta del aseo para colgar el abrigo o bolso (si este no pesa mucho). En Japón, sin embargo, muchos cubículos tienen detrás del váter una repisa en la que puedes dejar cómodamente lo que necesites.
Como usuaria de mochila para el día a día, y más aun si estoy de viaje, esto resultó de lo más útil. En lugar de tener que hacer equilibrismos en un ganchito para colgar la mochila, o tener que apoyarla en el suelo (que no mi opción higiénica favorita), podía dejarla alegremente en esa zona y despreocuparme. 10/10, lo aplicaría a todos los aseos públicos del mundo.
Asientos para bebés en los baños japoneses
Un detalle que alegrará a padres y madres que tengan intención de viajar a Japón con bebés es que en los aseos de centros comerciales vimos en muchas ocasiones sillitas para sentar a los peques mientras haces tus cositas. Las que nos encontramos eran como asientos de bebé (tipo trona empotrada en la pared) dentro de los cubículos de los aseos.
Viajar con porteo puede ser muy cómodo, pero imagino que hay momentos en los que necesitas un poquito más de espacio personal. Además, en los sitios donde los encontramos, no sólo estaban en los baños femeninos, sino también en los masculinos. Que es lo suyo, pero ya sabemos que no siempre es así.
Al no tener niños, no nos fijamos mucho en el tema cambiadores ni nada de eso así que no os puedo decir, pero sí que nos llamó la atención este detalle en particular.
Lugares para cambiarte de ropa y arreglarte
Por último, otro elemento que me resultó llamativo de los aseos japoneses es que en muchas ocasiones cumplían también la función de lugar para retocarte la estética. En algunos baños (al menos femeninos) había una zona de tocadores con espejos y superficies sin lavabos para poder arreglarte tranquilamente si lo necesitabas. Yo más de una vez los usé para reaplicarme crema solar en la cara sin dejarme parches.
Pero aun más curioso fue encontrarme dentro de las cabinas del baño con bandejitas para cambiarte de ropa y/o zapatos sin pisar el suelo. Con instrucciones de uso y todo. Hasta llegué a toparme con un cambiador completo en el Tokyu Plaza de Ginza. De nuevo es algo que ocurría mayoritariamente en baños de centros comerciales y estaciones más que en los de a pie de calle, pero sigue siendo peculiar.
Espero que os haya gustado este artículo lleno de detalles que nos resultaron curiosos sobre los baños público y privados japoneses. ¿Hay algo más que creas que podrías añadir al tema? ¡¡Pues déjalo en los comentarios!! Hasta las cosas más básicas como ir al baño pueden resultar en diferencias culturales peculiares cuando estás de viaje.
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