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Distrito IV de París: qué ver en Le Marais sur

El barrio de Le Marais es uno de esos lugares que no deberías perderte si viajas a la capital francesa. Es una de las zonas más famosas y populares de París y abarca buena parte de los Distritos III y IV. Rebosa historia, cultura, gastronomía e incluso algunos brotes de modernidad a lo largo de sus calles. Además, es muy fácil encontrar rincones peculiares incluso sin buscar demasiado. Dado que es una barriada extensa, en este artículo me voy a centrar en el corazón de Le Marais, su zona sur, extendido por el Distrito IV de París.

Aunque Le Marais como tal incluye un área mayor que lo que ocupa en el Distrito IV, está parte es la que recoge más puntos de interés y se la conoce propiamente como «Le Marais» a secas. Por otro lado existe el Upper Marais, del que hablo en este otro artículo, zona norte del barrio, más tranquila y ubicada en el Distrito III. A continuación tienes un mapa con los lugares de los que te voy a contar más a lo largo de este post (y si quieres aprender a crear mapas propios, aquí te dejo un tutorial paso a paso).

Por el contrario, el Distrito IV también incluye, más allá de Le Marais, buena parte de las Islas de París. Sin embargo, ya te conté en este otro artículo todo lo que no te puedes perder de las islas parisinas; por lo que aquí me voy a centrar en el resto del distrito. Ambas zonas tienen mucho que ofrecer, mereciendo visitas (y artículos) independientes. Dicho eso, vamos con los puntos de interés en Le Marais sur.

Plaza de la Bastilla

Esta guía no podía empezar por otro lugar que la icónica Plaza de la Bastilla, símbolo de la Revolución francesa. Esta plaza se ubica exactamente donde se encontraba la fortaleza carcelaria de La Bastilla en el siglo XVIII. La toma de dicha prisión se considera el fin del Antiguo Régimen en Francia y el inicio de la Revolución, por lo que se sigue celebrando como fiesta nacional el 14 de julio. En ese mismo lugar se instaló una guillotina donde se ejecutó a más de 70 personas.

A lo largo de los años siguientes se propusieron varios proyectos de restauración que no llegaron a realizarse. Finalmente, se instaló la Columna de Julio en honor a las víctimas de la Revolución de 1830. Bajo la misma encuentran los restos de más de 500 revolucionarios que perecieron durante la misma. Como ves, esta plaza tiene una gran importancia histórica para los franceses. Además, en la actualidad también supone un punto significativo en la distribución de París, ya que limita el Distrito IV pero también los distritos XI y XII.

Plaza de la Bastilla Distrito IV de París
A su alrededor se ubican múltiples hoteles, restaurantes, viviendas y la Ópera de la Bastilla.

Iglesia Saint-Paul Saint-Louis

No, no me he equivocado poniendo nombres; esta iglesia de Le Marais está dedicada tanto a San Pablo como a San Luis (y por algún motivo no lleva un «et» en medio). La construcción actual data del siglo XVII, aunque los orígenes de la Parroquia de Luis de los Jesuitas se remonta a diez siglos antes. Previo a su edificación, la congregación dispuso de una capilla hasta el siglo XII y de una pequeña iglesia que siguió existiendo hasta finales del siglo XVIII.

Tras la Revolución francesa se produjo la fusión con la Parroquia de Saint-Paul, de ahí la doble titularidad. Esto ocurrió a causa de la destrucción de esa parroquia durante las conocidas como masacres de septiembre (1792), en las cuales también fueron asesinados cinco sacerdotes de dicha parroquia. La iglesia actual presenta una placa conmemorativa para honrar su memoria. Puede que Saint-Paul Saint-Louis no sea es lugar de culto más impresionante de París, pero su historia es realmente interesante.

Rue de Sévigné

La Iglesia Saint-Paul Saint-Louis está ubicada en la Rue de Rivoli; pero, al igual que muchos otros monumentos de la zona, ha quedado encajonada entre los edificios colindantes. Sin embargo, su fachada se puede apreciar perfectamente desde la Rue de Sévigné. Esta calle de casi 400m de largo cruza de norte a sur buena parte de los Distritos III y IV. Más allá de diversos edificios antiguos, algunos pequeños comercios y varias placas conmemorativas, su mayor interés es precisamente las fantásticas vistas a la iglesia.

Rue de Sevigne París
Una clásica calle parisina (con el clásico vehículo «photobombeando» la foto).

Le Village Saint-Paul

Muy cerca de dicha iglesia se ubica otro rincón histórico de Le Marais. Le Village Saint-Paul es un pequeño conjunto de calles y patios adoquinados, hogar de multitud de anticuarios y galerías de arte. En sus comercios se pueden encontrar todo tipo de elementos de decoración y mobiliario antiguo. Además, las fachadas de las tiendas son de llamativos colores y/o estilo vintage. Por tanto, es tanto un buen lugar para ir de compras (si tienes dinero) como un buen spot fotográfico. Por desgracia para nosotros, lo pillamos en obras y cerrado, pero eso solo nos da otro motivo más para volver.

Place des Vosges

Otra plaza de suma importancia en el Distrito IV es la Place des Vosges, la plaza más antigua de París. Se construyó muy a inicios del siglo XVII por orden de Enrique IV. Su nombre original fue el de Plaza Real, ya que rendía homenaje a los monarcas franceses y se inauguró con la celebración del enlace de Luis XIII con Ana de Austria. De hecho, las secciones norte y sur de la plaza poseen edificios con un perfil más alto que el resto del conjunto, denominados Pabellón del Rey y de la Reina, respectivamente.

Sin embargo, ningún monarca ha habitado jamás en ninguna de las viviendas de este icónico emplazamiento. Por el contrario, al tratarse de una zona principalmente residencial desde sus inicios, son múltiples y variadas las figuras históricas que sí que lo han hecho. Entre ellas se puede destacar a Victor Hugo, quien vivió durante 16 años en el nº6 de la Place des Vosges. Actualmente se puede visitar el apartamento, la Maison de Victor Hugo, que funciona como un pequeño museo.

Place des Vosges París Distrito IV
El Pabellón del Rey destaca levemente sobre el resto del sector norte de la plaza.

Jardín del Hôtel de Sully

Si bien los jardines de la Plaza des Vosges son unos de los más populares y frecuentados de París, no mucha gente sabe que conectan directamente con un precioso rincón secreto del Distrito IV. Abandonando la plaza por la esquina suroeste podemos acceder al jardín del Hôtel de Sully. Este palacio y su parquecito interior obtienen su nombre de los duques de Sully, quienes ocuparon la residencia durante casi dos siglos.

Desde el siglo XVIII el edificio ha pasado por numerosas manos, e incluso acogido talleres de artesanos, mientras que el jardín se hizo parque público. A mediados del siglo XX, el palacio pasó a manos del Estado francés, siendo en la actualidad la sede del Centro de Monumentos Nacionales. Es por ello que, mientras que por el jardín se puede pasear libremente, el Hôtel de Sully no admite visitantes. Aun así, merece la pena totalmente acercarse a admirar su fachada y refugiare del bullicio parisino.

Hôtel de Sully, París Distrito IV
Puedes cruzar el jardín y salir por la puerta frontal, que da a Rue Saint-Antoine.

Rue des Rosiers y Barrio Judío

En Le Marais podemos encontrar también el barrio judío parisino. Son varias las calles del distrito IV las que conforman esta zona de París, siendo la principal la Rue des Rosiers. A lo largo de la misma se sitúan todo tipo de tiendas y pequeños restaurantes que, por supuesto, respetan las creencias y costumbres judías. Es por ello que la comida es (casi) exclusivamente kosher y que multitud de carteles presentan su contenido en francés y yiddish.

Si tienes intención de hacer compras o comer por la zona, recuerda que para los judíos el sábado es día de descanso (Sabbat), por lo que prácticamente todos los locales estarán cerrados. Por el contrario, al no tener nada que ver con las festividades cristianas, suelen abrir tanto los domingos como muchos festivos típicos occidentales (Navidad, Semana Santa, etc). Si bien la Rue des Rosiers es la más importante, las calles adyacentes tienen un estilo y ambiente similar, mereciendo la pena dar una vuelta por varias de ellas.

Hôtel-de-Sens

De todas las pequeñas sorpresas que esconde el corazón de París, toparte con un castillito medieval en pleno Distrito IV puede ser una de las más llamativas. Se trata del Hôtel-de-Sens, una mansión gótica del siglo XV que servía de residencia al arzobispo de la región de Sens cuando visitaba París (dado que la ciudad no contaba con un arzobispo propio). Este edificio es realmente el segundo Hôtel-de-Sens que se ha alzado en esa misma ubicación, ya que el primero apareció (y se destruyó) en el siglo XIV tras formar parte de la residencia de Carlos V antes de ser rey de Francia.

Otros miembros de la realeza francesa habitaron esta residencia a lo largo del tiempo, así como sirvió a diversos propósitos religiosos, hasta que la ciudad de París lo adquirió en 1911. Desde entonces albergó una buena variedad de industrias hasta ser, a día de hoy, una biblioteca pública. Más allá del encanto e historia del castillo en sí mismo, también cuenta con un pequeño jardín público de libre acceso. Además, si te gusta buscar detalles en las fachadas de los edificios, este aun conserva una bala de cañón de la Revolución de 1830 incrustada en su muro frontal.

Hôtel de Sens París
Incluso tiene pequeños torreones tanto en la parte trasera como en el frontal.

Rue des Barres

Volviendo a hablar de travesías que merece la pena recorrer hay que mencionar la Rue des Barres. Esta calle adoquinada tiene orígenes medievales, datando al menos de mediados del siglo XII, y su nombre proviene de las barreras o murallas medievales que había allí en la época. Rodea la parte trasera de la Iglesia de Saint-Gervais, por lo que conserva un aspecto mayoritariamente medieval, si ignoramos los comercios modernos. El camino es completamente peatonal y bastante ancho (unos 10m), por lo que no es raro ver puestas las terrazas de las cafeterías y restaurantes de dicha calle.

Rue des Barres, París Distrito IV
El conjunto da lugar a un ambiente relajado y encantador.

Centro Pompidou

No obstante, si hay un lugar que rompe completamente con la cuidada estética clásica del Distrito IV de París es el Centro Pompidou. De nombre completo «Centro Nacional de Arte y Cultura Georges Pompidou«, alberga el Museo Nacional de Arte Moderno, una biblioteca pública y un centro de investigación musical. Acorde con su contenido, la fachada de estética muy moderna; como si de un andamio permanente se tratase, contrasta radicalmente con los edificios históricos que lo rodean.

Habitualmente el museo es visitable todos los días, excepto los martes, de 11:00 a 21:00, con un precio de 14€ por entrada, 11€ con el descuento para menores de 26 años. Si tan solo te llama la atención su fachada por mera curiosidad, puedes verlo en cualquier momento. Sin embargo, ya te advierto de que ha comenzado un largo proceso de restauración del edificio (aunque tampoco es que los andamios se noten mucho). Por el contrario, si lo que quieres es entrar a ver las exposiciones, actualmente está cerrado por el Covid19 y tiene previsto cerrar por obras de 2023 a 2027.

Hôtel de Ville o Ayuntamiento de París

A estas alturas te habrás dado cuenta de que «hôtel» en francés no siempre significa hotel en español. Hôtel de Ville es el nombre que recibe el edificio del ayuntamiento, siendo en este caso el principal y más importante de los 20 distritos. El ayuntamiento de París lleva instalado en esta misma ubicación desde el siglo XIV, aunque el edificio actual solo data del siglo XIX. Su predecesor desapareció por completo en un incendio durante la Comuna de París (en 1871), junto con la destrucción de los archivos y registros de la ciudad.

Al construir el nuevo ayuntamiento se decidió replicar en gran medida la edificación anterior, aunque aportando nuevos detalles. Uno de los añadidos más importantes a la fachada fueron las estatuas de parisinos históricamente relevantes. Desde artistas a científicos, pasando por políticos, juristas y muchas otras profesiones, hay decenas de figuras representadas en sus muros. Y no hay mejor lugar para apreciar todo este espectáculo arquitectónico que la enorme plaza del propio ayuntamiento.

Hôtel de Ville París
Intentar contar todas las estatuas sin que se te escape alguna en un recoveco es todo un reto.

Torre de Saint-Jacques

Muy cerca de la orilla del río Sena se alza este solitario campanario gótico: la Torre de Saint-Jacques. Con orígenes en el siglo XVI, es el único resto de la Iglesia de Saint-Jacques que queda en pie. Como muchos otros lugares religiosos en este barrio, sufrió gravemente las consecuencias los alzamientos sociales; en esta ocasión destruida durante la Revolución francesa. Antes de eso, Saint-Jacques suponía un lugar de reunión para peregrinos y el punto de partida del Camino de Santiago desde París. Ahora el campanario solo cumple lo segundo.

La Torre ha vivido muchas y continuas restauraciones desde que se quedó sola. De hecho, al perder el resto de la estructura del templo, la de la propia torre es bastante frágil, requiriendo de un constante mantenimiento. Sin embargo, sus más de 50 metros de altura aun resisten el paso de los años e incluso se puede visitar por dentro. El jardín a sus pies supone otro rincón más de descanso en la bulliciosa capital francesa, en especial cuando iluminan la torre por las noches.

Saint-Jacques tour París Distrito IV
Es muy singular ver este imponente remanente histórico rodeado del caótico tráfico parisino.

Extra: Cour Damoye

Si bien técnicamente la Cour Damoye se engloba dentro del Distrito XI y no del IV, está tan pegada a La Bastilla que merece la pena incluirlo en este artículo. Este pasaje escondido a plena vista es uno de esos grandes secretos de París, si no sabes que está ahí ni se te darías cuenta. Con origen en el siglo XVIII, sus 124 metros de longitud han pasado de acoger carnicerías y comercios modestos a talleres y tiendas de moda y artesanía. El suelo de adoquines y la vegetación trepando por las paredes le dan un ambiente mágico que no te puedes perder.

Dónde comer en el Distrito IV de París

Para terminar el artículo no podía dejar de recomendaros algún local para saciar el hambre. Le Marais tiene una oferta gastronómica inmensa, tanto que puede ser hasta abrumador. Sin embargo, si has leído mis consejos para comer barato en París, sabrás que a mí me tira lo rico pero bien de precio. Así que, como no podía ser de otro modo, el primer día que pisamos de nuevo París cenamos en el famoso L’As du Fallafel. En pleno barrio judío, es uno de los mejores restaurantes baratos de toda la ciudad.

Más allá de este local, llevábamos apuntada una sugerencia con muy buena pinta que desgraciadamente no pudimos probar: Keko Momo. Si te va más la comida asiática, al parecer este local es fantástico y económico. Recomendación familiar que me guardo para la próxima pero que te comparto igualmente.

Espero que este artículo te haya servido para descubrir el Distrito IV de París y animarte a visitarlo. Es sin duda uno de los barrios más completitos de la ciudad, ¿no crees? Puedes leer mucha más información en nuestra Guía de Viaje a París, donde encontrarás presupuestos, preparativos y mucho más. Y para ver muchas más fotos, ¡pásate por nuestras Redes Sociales!

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